dimecres, 3 d’agost de 2016

CDC segueix mantenint als Puigdemont i la seva veu de l'amo fatxenda amb diners públics

El Punt Avui TV, el negoci de la dona del col.locat i fatxenda titella de Mas, Puigdemont, Marcela Topor (foto), continuà rebent del desgovern feixista de la Generalitat 631.000 euros l’any passat perquè emetés 10 campanyes de publicitat durant 2015. Aquesta quantitat representa més del 20% dels diners que el Govern català va pagar a TV3 per l’emissió de ‘spots’ televisius i més d’una tercera part del que va pagar a 8TV per aquest concepte. El Punt Avui TV es va beneficiar amb més diners per la publicitat institucional de la Generalitat que Antena 3 TV (445.000 euros) i Telecinco (315.000 euros), malgrat tenir una audiència mínima i patètica.

El govern català va fer aquestes aportacions importants de diners al canal de televisió del grup Hermes sense tenir coneixement de la seva audiència. Als informes del Consell de l’Àudiovisual de Catalunya (CAC) mai no hi apareix el nombre de persones que veuen El Punt Avui TV. Al Butlletí corresponent al primer quadrimestre de 2016, el CAC recull les quotes de pantalla de totes les televisions que es veuen a Catalunya. El mes d’abril, TV3 liderava aquest rànquing amb un 12% de l’audiència seguida per Telecinco, amb un 11,5%, i Antena 3 TV, amb un 10,4%. 8TV apareix amb un 3,8% d’espectadors, però El Punt Avui TV no surt per enlloc. Fins i tot la tot just estrenada cadena Be Mad hi consta amb un 0’1%.

És evident que els centenars de milers d’euros en publicitat que el govern de la Generalitat enterra a El Punt Avui TV tenen més a veure amb la fidelitat ideològica de la cadena que a la qualitat o el seguiment dels seus programes. Cal recordar que mentre El Punt Avui TV rebia aquests diners, Marcela Topor, esposa de l’actual president de la Generalitat i titella de Mas, Carles Puigdemont, hi presentava el programa Catalan Connection, fent entrevistes en anglès, informa El Triangle

Girona: Cinco monitoras alemanas provocan el pánico con un falso ataque terrorista

Los Mossos d'Esquadra han detenido a cinco monitoras alemanas, de entre 20 y 25 años, como presuntas autoras de un delito contra el orden público al haber sembrado el pánico la noche de este martes en Platja d'Aro (Girona) por la falsa interpretación entre vecinos y veraneantes de que era un atentado terrorista. Las jóvenes arrestadas pasarán a lo largo de la mañana de este miércoles a disposición del juzgado de instrucción de guardia de Sant Feliu de Guíxols (Girona), según han informado los Mossos en un comunicado. Sucedió a partir de las 22 horas del martes: los Mossos comenzaron a recibir numerosas llamadas alertando de un posible tiroteo en el centro comercial y lúdico de la localidad pero, al llegar al lugar, comprobaron que se trataba de una falsa alarma. Foto: Twitter de la policía avisando idiotas.

Era una 'performance', tipo 'flashmob', que hacían un grupo de turistas con palos de 'selfie', pistolas de juguete y gritos que provocó una estampida de gente asustada por miedo a un atentado. Según los Mossos, estos turistas supuestamente estaba simulando la identificación de un personaje famoso caminando por el paseo Marítimo y un grupo de personas corriendo detrás para hacerle fotografías e intentar pararlo.

Los ciudadanos que estaban en la zona confundieron la persecución de la 'performance' con un ataque con armas de fuego, lo que generó una alarma social y una estampida hacia diferentes establecimientos. Durante los incidentes, once personas tuvieron que ser atendidas por contusiones leves y ataques de ansiedad, al haber sufrido caídas y alguna pequeña taquicardia.

El incidente provocó un "pánico horroroso" entre los veraneantes en la localidad costera, en un día en que había mucha gente en la zona, según explicó a Europa Press la concejal Dolors Guirado. Las autoridades locales tuvieron que hacer llamadas a la calma a la ciudadanía y aclarar que se trataba únicamente de una farsa, además de sofocar los falsos rumores que se habían desatado a través de las redes sociales, informa Público.

Fondos especulativos y los conflictos laborales en las empresas que compran

La crisis hizo que muchos ojos se giraran para buscar oportunidades de negocio en España. Las empresas con problemas se convirtieron en un bocado apetecible para los fondos de capital riesgo. Algunos desembarcaron con la promesa de invertir millones de euros, pero las operaciones no siempre acaban bien, al menos para los trabajadores. Las operaciones de inversión de estos fondos no siempre salen bien: Unipapel, electrodomésticos Miró o Blanco son algunas compañías españolas afectadas por sus prácticas. "Pagan una miseria por la compra y la rentabilidad aparejada si logran reflotarla es espectacular", explica el director de sector financiero del IE Business School, Manuel Romera.

Para la plantilla de Unipapel, la llegada de Springwater a finales de 2013 solo supuso el principio del conflicto. El fondo de capital riesgo suizo acordó con el grupo vendedor –Adveo– seguir siendo su principal suministrador de publicidad y propaganda ensobrada. "No se ha cumplido: entraron en una empresa donde había trabajo almacenado y sobraba papel para seguir trabajando. Lo que hicieron es trabajar con ese material pero llegó un punto en que no quedaba papel y nadie pagaba a los proveedores", asegura la secretaria del sector papel, gráficas, y fotografía de CCOO, Joaquina Rodríguez.

En abril de 2015 los sindicatos averiguaron que la empresa, con la que no ha sido posible contactar, tenía deudas con la Seguridad Social. Unipapel modificó los turnos de trabajo: "Había gente con los brazos cruzados, muchas veces no había material con el que trabajar". En septiembre del año pasado comenzó el retraso en el pago de los salarios y en abril de 2016 la empresa planteó un ERE. Desde el 11 de julio y durante un año, toda la plantilla está en casa afectada por un expediente de regulación de empleo temporal. "Springwater les ha asfixiado. Tenían clientes, el problema es que no podían servirles porque no había material y los proveedores cortaron el grifo", subraya Rodríguez.

Un grupo de 66 trabajadores ha interpuesto una denuncia penal contra la empresa por delitos contra los derechos de los trabajadores, estafa, insolvencia punible y falsedad documental, según informó la Cadena SER. Los sindicatos también estudian impugnar el expediente y posibles denuncias. "Es un caso prácticamente calcado al de Unipapel", dice una fuente de los trabajadores de Electrodomésticos Miró. Springwater les compró a finales de 2014 y la empresa tiene ahora un "futuro incierto". "Entraron diciendo que iban a meter dinero, a abrir más tiendas y luego no han hecho casi nada. La inversión ha llegado con cuentagotas, apenas entra dinero", señalan.

La empresa, con la que tampoco ha sido posible contactar, tiene ahora una plantilla de cerca de 400 personas repartidas en decenas de tiendas y un ERE aprobado para 110 trabajadores que se ejecutará en septiembre, salvo que un grupo mayorista les compre. "Hay deudas con los proveedores, nadie le da ahora una línea de crédito a Miró", dicen los trabajadores. La llegada de un grupo salvador no es la única razón para postergar el ERE hasta final del verano: aunque las nóminas se pagan, no hay dinero para las indemnizaciones, al menos por el momento. Algunos trabajadores están este verano en casa con un permiso retribuido.

¿Qué consiguen los fondos con la compra de empresas en dificultades, cuando no directamente en quiebra? "Pagan una miseria por la compra y la rentabilidad aparejada si logran reflotarla es espectacular", explica el director de sector financiero del IE Business School, Manuel Romera. Que la operación salga mal está dentro de lo asumible: "No se puede ganar siempre, de diez veces, cinco salen muy bien y cinco salen muy mal, es difícil quedar en tablas". Romera deja claro que, en cualquier caso, la vocación de los fondos no es "social" sino económica. "Ganar dinero, como cualquiera. Y se acaba hablando más de las operaciones que salen mal que de las que salen bien, siempre se les critica".

A comienzos de 2014, el fondo saudí Alhokair se hizo con la cadena de tiendas Blanco. La empresa arrastraba meses de dificultades y se encontraba entonces en concurso de acreedores. Alhokair inició una reestructuración que implicó un expediente de regulación de empleo (Blanco ya había aplicado otro anteriormente). La situación, sin embargo, sigue sin ser buena. "La han llevado a la quiebra, estamos ahí ahí", llegan a afirmar fuentes sindicales, que aseguran que Blanco, con la que ha sido imposible contactar, no ha pagado el alquiler de muchos inmuebles, por lo que hay varias tiendas embargadas. "La compraron para invertir y aún creemos que sí habrá inversión, pero lo están gestionando muy mal. Es un error constante de organización del trabajo que están pagando los trabajadores", afirman, informa el diario.es.